¿Por qué no puedo ver los resultados de mi entrenamiento, qué estoy haciendo mal?

Insatisfacción por los resultados: casi todos los que acuden a un gimnasio han experimentado esta desagradable sensación. No solo es muy frustrante, sino que también puede ser des motivadora. Uno se pregunta por qué debería molestarse en hacer ejercicio si el resultado sigue siendo el mismo.

Para no decepcionarte en tus intentos de ponerte en forma, vale la pena investigar las causas de los malos resultados. En nuestro artículo de hoy te explicaremos algunas de las causas más comunes por las cuales no ves el resultado de tus entrenamientos.

Recuerda siempre que tu régimen alimenticio o dieta, juega un papel sumamente importante en los resultados que vas a obtener. De nada valdrá que tengas el mejor entrenador o la rutina perfecta si no cuidas tu alimentación. Otro tema es el de tu estado general de salud.

Es recomendable que antes de comenzar en el gimnasio acudas a tu médico para hacerte una revisión general, él puede determinar si existe en ti algún padecimiento que pueda influir en tu salud. De ser así, es necesario que atiendas primero este asunto antes de trazarte metas dentro del gimnasio.

Sin más, vamos con las causas más comunes:

Sobreentrenamiento y falta de tiempo de recuperación

A menudo, este tipo de problemas se presenta en a las personas que participan activamente en el gimnasio, normalmente, tienen expectativas de tener resultados bastante rápido, por lo que acuden al gimnasio con más frecuencia.

Al principio progresan, incluso a partir de pequeñas cargas, avanzando suavemente hacia ejercicios más serios. Entonces su crecimiento se ralentiza bruscamente o se estancan en un punto. El programa de entrenamiento que dio un buen aumento de rendimiento en el pasado, de repente, ya no funciona más.

Entonces, ¿por qué ocurre esto?

El problema puede ser trivial: simplemente haces ejercicio con demasiada frecuencia. No importa si ejercitas tu cuerpo en un club de fitness o en casa. Un entusiasmo excesivo puede arruinar fácilmente los logros anteriores.

Es importante recordar una simple verdad: el entrenamiento es estresante para tu cuerpo y necesita recuperarse. Esto es especialmente importante si al mismo tiempo tienes una carga mental o física en el trabajo.

La fatiga crónica y constante es el enemigo de tu progreso. Asegúrate de descansar lo suficiente y luego vuelve a entrenar.

Falta de disciplina en las dietas

Otro error común es no tomar el control de tu cuerpo durante los fines de semana o cuando no estás entrenando. El trabajo duro y agotador durante la semana a veces te hace pensar que sería una buena idea relajarse.

No hay nada malo en ello, siempre que no te dejes llevar. Pero si te gusta "comer mucho", quizá debas preguntarte cuántas calorías quemas en un solo entrenamiento. Compáralo con el contenido calórico de los alimentos que consumes.

Por ejemplo, una botella de cerveza tiene aproximadamente 500 calorías. La misma cantidad está contenida en 100 gramos de patatas fritas. Para quemar esa cantidad de calorías, una persona media de unos 70 - 80 kg necesitaría una hora de entrenamiento sin interrupción.

La mejor opción, y la más sensata, sería repartir las restricciones a lo largo de toda la semana, y calcular cuántos caprichos poco saludables puedes permitirte. Rechazarlos categóricamente conlleva el riesgo de "perder todo tu progreso", así que es mejor no arriesgarse.

Concentración total en la tarea

A veces la razón puede ser insidiosa. Te esfuerzas, controlas tu alimentación y no obtienes resultados. ¿Podría ser que tu entrenamiento sea desordenado? Si te dedicas a todo a la vez, cambias de plan a menudo y no tienes objetivos concretos, una simple sistematización puede ayudarte.

Solo tienes que fijarte un objetivo de lo que quieres conseguir. Comprueba si lo estás dando todo cuando haces tus ejercicios. Si tienes la sensación de estar "infraexplotado" después de tu entrenamiento, puede ser que no estés haciendo lo suficiente.

Para ver el cambio, hay que poner la cantidad adecuada de trabajo. Solo adaptando constantemente tu cuerpo verás los progresos que quieres hacer.

Si te estancas en el mismo punto, no se puede esperar ningún éxito. Lo mismo ocurre con el ejercicio indiscriminado sin un objetivo específico. Define tus objetivos, tal vez iniciando un diario de entrenamiento para mayor claridad. Si te metes en una disciplina, esto te ayudará a conseguir resultados positivos.

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